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Cuando la mentira en el proceso se vuelve contra quien denuncia: obligaciones del abogado y riesgos del falso testimonio

El caso de una empleada de Correos que denunció a otra y fue abandonada por su abogado tras mentir en el juicio refleja múltiples aristas jurídicas sobre la responsabilidad profesional, la buena fe procesal y el delito de falso testimonio.

Por Luis Ferrer Abogado – www.luisferrer.abogado


Los hechos: denuncia, mentira y abandono profesional

Según la información recibida:

  • Una empleada de la administración postal (Correos) interpuso una denuncia contra otra compañera, presumiblemente por algún tipo de conflicto laboral, personal o profesional.
  • En el curso del juicio, esta denunciante incurrió en manifestaciones falsas —es decir, mintió— en sus declaraciones.
  • Su abogado, al constatar la falsedad de sus afirmaciones e “imposibilidad de sostener su defensa”, la abandonó como cliente durante el procedimiento.

Este escenario plantea varias cuestiones jurídicas relevantes: la responsabilidad del letrado, las consecuencias de mentir en juicio, y la posición del denunciante que actúa con deslealtad procesal.


1. Obligaciones del abogado y deber de renuncia

El abogado tiene deberes éticos y profesionales que no admite carta blanca para respaldar cualquier conducta de su cliente:

  • Debe actuar con veracidad, probidad y lealtad ante los tribunales, conforme al Código Deontológico de la Abogacía Española, el Estatuto General de la Abogacía y principios de buena fe procesal.
  • Si el cliente le pide formular afirmaciones que el abogado sabe que son falsas, el letrado no puede aceptarlo —no puede ser instrumento de falsedad.
  • En tales casos, el abogado puede —y debe— abandonar la representación, o renunciar al encargo, manifestando de forma formal su cese y desvinculación de la estrategia.
  • El abandono profesional no exime al cliente de sus consecuencias procesales, pero protege al abogado frente a responsabilidades disciplinarias o incluso penales.

Este tipo de renuncia profesional puede estar justificada cuando mantener la defensa implicaría vulnerar normas éticas o legales.


2. Falso testimonio y otras responsabilidades penales

Mentir en un juicio —como denunciante, testigo o parte que declara— puede constituir delito en determinados supuestos:

  • El Código Penal, en su artículo 458 y siguientes, sanciona el falso testimonio cuando un testigo o perito declare conscientemente datos falsos que puedan afectar el resultado del proceso.
  • También la parte que declara bajo juramento puede incurrir en sanciones si su mentira resulta decisiva.
  • Si la mentira está contenida en documentos o escritos aportados al proceso, podría concurrir falsedad documental o estafa procesal, según el caso concreto.

Por tanto, quien use la denuncia como instrumento para mentir se arriesga no solo a que su proceso sea desestimado con imposición de costas, sino a sanciones penales y pérdida de credibilidad ante los tribunales.


3. Consecuencias procesales: nulidad, costas y reproche judicial

El tribunal puede sancionar la conducta indebida de varias formas:

  • Desestimar la demanda o declaración basada en hechos falsos.
  • Condenar en costas, incluso en cuantía agravada, al denunciante responsable de la falsedad.
  • En casos extremos, imponer sanciones accesorias vinculadas a la responsabilidad procesal o uso abusivo del derecho.

La doctrina jurisprudencial sostiene que los tribunales no tolerarán litigios sustentados en falsedades intencionadas, pues comprometen la integridad del proceso y el derecho de defensa de la parte contraria.


4. Reflexión sobre la confianza judicial y la seguridad jurídica

Este caso evidencia que la Justicia no es un escenario sin filtros: la veracidad de las afirmaciones importa. El sistema judicial depende de la buena fe de las partes; cuando este principio se rompe, se generan desequilibrios graves. La actuación del abogado, lejos de ser mera representación formal, es también custodio del orden procesal.

Al mismo tiempo, el denunciante que recurre a la mentira sacrifica el amparo que esperaba obtener, y se expone a mayores reproches y responsabilidades.


Conclusión

La historia de la empleada que mintió y fue abandonada por su abogado es un ejemplo paradigmático de las consecuencias de usar el litigio como un arma deshonesta. No solo puede costarle el éxito de su causa, sino que puede acarrear sanciones disciplinarias y penales. El derecho procesal y la ética profesional convergen para exigir que la defensa sea legítima y no cómplice de falsedades.

En Luis Ferrer Abogado, defendemos el derecho de las partes con integridad. Si sospechas que alguien ha mentido en tu juicio o que tu abogado te abandona por razones éticamente justificadas, podemos asesorarte sobre tus opciones legales.

¿Te ocurrió algo parecido? ¿Quieres evaluar si hubo vulneración procesal o mala praxis?

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